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Educar en Positivo

«La educación ayuda a la persona a aprender lo que es capaz de ser»

Hesíodo

 

 

Os presentamos este precioso taller dedicado a todos los padres y aquellas personas interesadas en la educación EN POSITIVO de los más pequeños.

Siempre nos preguntamos si estamos educando bien a nuestros hij@s. Venimos de una educación muy diferente a la que estamos ejerciendo hoy sobre nuestros hijos.   Muchos factores sociales y culturales han cambiado, y como no, la educación es uno de los que más ha evolucionado.  Por tanto, se generan muchas incógnitas sobre cúal y cómo es la mejor manera de educar.  Está claro que se aprende con la práctica, pero toda la información profesional nos puede servir de muchísima ayuda.

En este curso aprenderéis pautas y medidas adecuadas para ayudar a que el día a día de las familias sea muy satisfactorio. No importa la edad de vuestros hijos, incluso si aún no lo habéis tenido y estáis embarazados.  Os enseñaremos a cómo hacer de vuestro hij@ una persona responsable y autosuficiente en su día a día, consiguiendo que sea una persona íntegra en valores y con una buena salud mental y emocional.

Podéis asistir solos o en pareja. Precio individual 15 euros. Precio por pareja 25.

Si necesitáis más información, podéis contactar con nosotros en nuestro Centro, a través de la web o en el teléfono 957.11.82.10

Recordad siempre que «lo que se le de a los niños, los niños darán a la sociedad», nosotros hacemos de este mundo el lugar que queremos hacer y en nuestra mano está conseguir que sea el mundo que realmente queremos para nuestros hijos.

 

 

Aquí os dejamos un artículo que os ayudará a conocer un poco más este tema

 

¿Cómo educar a nuestros hijos hoy en día? ¿Alguna vez nos hemos hecho esta pregunta? Si formulamos ésta cuestión a cualquier padre o madre que veamos por la vía pública, en su amplia mayoría, nos contestará: ¡qué mi hijo/hija sea feliz! Parece algo muy lícito ese pensamiento, y seguramente, todos querríamos lo mismo. Pero, ¿cómo hacemos que nuestros hijos sean felices? ¿Hay una pastilla para ello? ¿Hay fórmulas mágicas? ¿Felicidad y esfuerzo son conceptos totalmente contrarios? Vamos a desgranar un poco todo estas interrogantes.

La forma de educar a nuestros hijos hace unos años, era la educación que recibían nuestros padres de nuestros abuelos y, que con algunas variaciones, hemos recibido nosotros de nuestros padres estaba definida por algo que en la actualidad nos parece horroroso: AUTORIDAD. Los padres eran respetados. En muchos casos ese respeto provenía del miedo que daba a los hijos no hacer algo como sus progenitores esperaban y la forma de que aprendieran la lección era un castigo positivo (aplicación de un estímulo aversivo, un guantazo e incluso un correazo). Todo esto ha producido el condicionamiento AUTORIDAD-CASTIGO FÍSICO. Ser autoritario, no significa infligir dolor, sino crear unas normas y unos límites claros que se deben cumplir para el buen funcionamiento del hogar. La principal diferencia entre unos padres autoritarios y unos DEMOCRÁTICOS es que los primeros imponen sus normas y sus límites a su antojo, y los segundos llevan a cabo un proceso de “negociación” con sus hijos para poner unas reglas claras, justas y en las que ambos estén de acuerdo.

Son muchos los padres que nos llegan a consulta expresándonos: “nuestro hijo/hija en el colegio se comporta muy bien, pero es llegar a casa…”. ¿Qué está ocurriendo? En la mayoría de ocasiones se trata simplemente de una falta de normas y límites en casa a la hora de educar a nuestros hijos. En el colegio se comporta correctamente porque desde que entró ha sabido que quien “manda” en clase es el profesor, que debe seguir las normas del colegio, que tener unos valores como respeto al profesorado, a los compañeros, a la infraestructura,… y, por supuesto, que si no se cumplen dichos requisitos, se tiene una consecuencia, la cual SE CUMPLE. Hago hincapié en “se cumple”, puesto que la inmensa mayoría de los castigos que se ponen en casa, aparte de ser desproporcionados, nunca se cumplen, por lo que los hijos entienden inconscientemente: “da igual que me adviertan de una consecuencia, sé que nunca se cumple”. En este momento, el respeto a los padres está perdido. Unas normas claras, concisas y consensuadas es la mejor manera de que nuestros hijos adquieran valores, toleren la frustración, aprendan a reaccionar ante un NO…y todo ello sin que formen un espectáculo cada vez que ocurra. Que no se adueñe de nosotros el: “he castigado a mi hijo, que pena me da verlo así, ya ha estado bastante tiempo, le voy a levantar el castigo”. ¡¡ERROR!!

Desde aquí hago una invitación a los padres a que se formen en pautas educativas, unas pautas muy sencillas de aplicar y que harán que nuestros hijos sean mejores personas, adquieran valores, sepan respetar, aprendan que el esfuerzo produce recompensas,…podría seguir enumerando muchas más características, pero lo que deberíamos promover sobre todo es que sean AUTOSUFICIENTES. El ser autosuficientes les hará ser FELIZ.»

Miguel Vadillo Padilla
Psicólogo infantil-juvenil
Alegra, Centro de Psicología

 

 

 

 

 

 

 

 

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