Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Dale las Gracias a tu Ansiedad

Este no es un post milagro para ayudarte a resolver todos tus problemas. Si quieres saber qué hacer con tu ansiedad para que se calle y huir de ella… este no es tu sitio. Todos, todos, todos nosotros, seres humanos de a pie, normales y corrientes, hemos tenido, tenemos o tendremos ansiedad alguna vez en nuestra vida. La ansiedad no es una enfermedad de locos, como comúnmente se ha llamado a todo lo que tiene que ver con la psique humana. Apaga tu mente juiciosa si quieres seguir leyendo y así adentrarte en tu propio ser para conocerte mejor.

En primer lugar, vamos a ser honestos, quien no ha tenido esa sensación de agobio en el pecho, en el estómago o en la garganta… quién no ha sentido alguna vez un nudo que le oprime… quién no se ha estresado o asfixiado por algo que está ocurriendo en su vida…

Desde que nacemos, incluso desde antes, en el útero de nuestra madre, las hormonas adrenalina y cortisol nos acompañan. Estas hormonas son segregadas al torrente sanguíneo por las glándulas suprarrenales cada vez que nuestro sistema nervioso entra en estado de «alerta». Alerta puede ser que te va a comer un león, el pensamiento de que no llegas a fin de mes, un accidente, pensar que no vales lo bastante, la muerte de algún ser querido, caerte por un barranco…. Como ves, alerta para el cuerpo son cosas graves y otras tonterías varias del día a día. Por eso, nuestro cuerpo está experimentando cambios emocionales constantemente y necesitamos un equilibrio entre la calma y la acción. Pues bien, ya desde el útero, cuando nuestra madre vivió alguna situación tensa, su adrenalina y cortisol también pasó a nuestro torrente sanguíneo, sintiendo nosotros como bebés-fetos indefensos ese subidón que nos prepara para la batalla. Ni que hablar de nuestro nacimiento, de los primeros días de vida y de todas las cosas que nos han ido pasando a lo largo de la vida.

Situación tensa o estado de alerta es muy diferente de unas personas a otras. Hay gente que experimenta más tensión que otra ante una misma situación. Esto puede deberse a distintos motivos, lo que sí está claro es que su Sistema Nervioso tiene la facilidad para entrar en este estado de emergencia. Estudios recientes han demostrado como Minfulness puede ayudarte a regular este sistema, ayudando a reducir la amigdala, zona neuronal encargada de esta función. Si quieres saber en qué consiste pulsa aquí.  Pero de ayudas hablaremos más adelante.

Últimamente resuenan mucho las palabras ansiedad, estrés, agobio, tensión… ¿qué nos está pasando? Este estado de alerta siempre ha estado ahí en nuestra vida, de vez en cuando, lo que pasa es que no lo hemos querido reconocer. Ahora parece todo lo contrario, parece que ya nadie sabe vivir tranquilo, que todo el mundo está siempre alerta.

Este estado de alerta nos ha salvado la vida en muchas ocasiones, ha servido para mantenernos a salvo y para ayudarnos a resolver problemas. Esta situación se vuelve patológica cuando se perpetúa en el tiempo y comienza a desgastar nuestro organismo. El gran problema es que los seres humanos, al tener consciencia de nosotros mismos y de lo que ocurre, nos mantenemos más de la cuenta en estado de alerta. ¿Por qué?  Porque cada vez que recuerdas eso que te pasó o eso que te puede pasar, cada vez que un pensamiento viene a la mente, todo tu cuerpo experimenta la sensación que le provoca ese pensamiento. Vamos a verlo más claro con un ejemplo.

Imagínate que estás en tu trabajo super estresada, y de repente te acuerdas de aquella playa en la que estuviste, oyendo las olas, con esa calma, tomando el sol tumbada…. Automáticamente viene la sonrisa a tu cara y el estado de bienestar.  Seguidamente viene el pensamiento «ufff me quedan todavía 10 meses para poder estar de nuevo así» …. y tu cuerpo tensa cada músculo y te entra un malestar que te recorre de arriba a abajo. ¿Te das cuenta? Un pensamiento genera seguidamente una reacción física sin que puedas controlarlo.

¿Cómo frenar esta cascada emocional y física?

  1. MIRA PARA DENTRO, TOMA CONSCIENCIA Y CONÓCETE
  2. OBSERVA TUS PENSAMIENTOS Y SIENTE LA REACCIÓN EN TU CUERPO
  3. ELIGE SI QUIERES SEGUIR SINTIÉNDOTE ASÍ O SI PREFIERES SENTIRTE EN PAZ
  4. OBSERVA Y SIENTE EL MOMENTO PRESENTE, VUELVE A LA REALIDAD, SEGURAMENTE NO HAYA TANTA TENSIÓN COMO EN TUS PENSAMIENTOS.

Con esto quiero mostraros como mente y cuerpo se tensan cada vez que revivimos una y otra vez esa situación que nos pone alerta. Nuestro cuerpo siempre nos da avisos, siempre te dice lo que tienes que hacer. Para frenar un subidón, para prevenir la ansiedad, lo mejor es que empieces a escucharte y a sentirte.

Hablemos ahora más concretamente de la Ansiedad

Qué es la Ansiedad

De esto te puede informar una compañera psicóloga mucho mejor que yo. En su web, nos explica claramente qué es la ansiedad, cuáles son sus síntomas y algunas técnicas de psicología que pueden ayudarte. Ver artículo Psicóloga Emocional

Todo llega y todo pasa

Para gestionar bien la ansiedad hay que tratar cuerpo y mente. Hay que aprender a gestionar nuestros pensamientos, emociones, nuestra forma de relacionarnos… (esto es trabajo de psicología) y a la vez hay que destensar la musculatura y el sistema fascial, reequilibrar el sistema nervioso central, reeducar el sistema de alerta, trabajar la sensibilización central, tomar conciencia corporal… (a lo que te podemos ayudar los fisioterapeutas).

Un ataque de ansiedad es algo que a todo el mundo asusta, empiezas a sentir un calor que sube, un sudor frío, a veces mareos, temblores, presión en el pecho, en la garganta, tensión en todo el cuerpo, taquicardia, ahogo y respiración agitada…. un montón de síntomas que van aumentando cada vez más y más. Cuando uno no sabe que está pasando puedes pensar que te vas a morir. Pero

No es la muerte, Es tu amiga.

¿qué quiero decir con esto? Tu cuerpo lo único que está haciendo es intentando reequilibrarse. Cuando uno lleva tanto tiempo con tanta tensión, con todos los sistemas a alerta, sin descansar bien ni de día ni de noche… nuestro cuerpo lleva a un límite de sobreestimulación, cansancio y agotamiento. Si sigue así, puede empezar a fallar de forma seria. Por eso, cuando se llegan a estos límites, la bomba explota…. y eso es un ataque de ansiedad. Si te fijas, no dura más de media hora, y sueles llorar, chillar, agobiarte, respirar… hasta que llega el momento en que todo se va calmando…. y, curiosamente, después te sientes superagotado, como si te hubieran dado una paliza, flojo, casi no puedes pensar…. Misión cumplida!! Tu cuerpo ha pasado del estado de alerta máxima al estado de agotamiento y descanso. Todo esto lo hace el Sistema Nervioso Autónomo o Vegetativo, ése que hace que tu corazón lata y tus órganos funcionen, ese que está mirando continuamente por tu salud y buscando tu homeostasis (equilibrio interno). Así que, no te agobies, no ha llegado el día del juicio final, tu cuerpo es tu amigo, no tu enemigo. Quizás lo que ha pasado justo antes del ataque ha sido la gota que ha colmado el vaso. Quizás ese ataque te esté enseñando que TIENES QUE CAMBIAR ALGO DE LO QUE ESTÁS HACIENDO. Suelo repetir mucho una frase,  » Si quieres recoger zanahorias, deja de sembrar patatas «.

Si aceptas que la ansiedad es un proceso que tiene algo que decirte, algo que enseñarte, lo escuchas y sientes todo lo que provoca dentro de tí, probablemente cambies lo que te está haciendo daño. Pero no, es mucho más fácil tomarse 50 pastillas tranquilizantes o ir al hospital muriéndote para que te pinchen calmantes…. es mucho más fácil que estar ahí esa media horita en el que nuestro cuerpo se equilibra solo, es más fácil que estar ahí respirando, aceptando y dejando que pase la tormenta…. Pero si algún día decides ser valiente y quedarte ahí, observando a los extremos a los que has llevado tu cuerpo, aceptando tu responsabilidad, escuchando a tu cuerpo y a tu mente… seguramente elijas cambiar, porque serás consciente de que tú tienes mucho que hacer para sentirte mejor. Que no es el trabajo, los niños, la casa, mi amiga tal, la estúpida esa, el tráfico, la vida o un mal de ojo…. que TÚ decides CÓMO VIVIR todo eso…. DESDE DÓNDE VIVIRLO. En la naturaleza todo tiende al equilibrio, fíjate en todo lo que te rodea, todo llega y todo pasa, todo se va poniendo en su sitio…. tú formas parte de eso, en tu ADN está escrita esa información. CONFÍA en tu propia sabiduría interna natural, ESCÚCHALA, y deja ya de hacer lo que odias, haz lo que tengas que hacer desde la mejor versión de tí, cuídate, no te lleves al límite, deja de quejarte y cambia lo que no te guste, acepta, ama, vive, disfruta!!

COSAS QUE PUEDEN AYUDARTE

No soy nadie para recomendarte nada, cada uno es dueño de sus actos y libre de elegir lo que más le gusta o le interesa. A continuación puntualizamos algunas terapias o acciones que pueden ayudarte, pero tú eres el motor del cambio, tú decides.

  • PRACTICAR MINDFULNESS
  • PASEAR, CAMINAR, CORRER… HACER EJERCICIO AERÓBICO 30 MINUTOS AL DÍA.
  • TOMAR EL SOL AL MENOS 30 MINUTOS AL DÍA.
  • RESPIRAR PROFUNDO
  • ALIMENTACIÓN SANA EQUILIBRADA, DIETA MEDITERRÁNEA.
  • BUENA INGESTA DE AGUA
  • CONECTAR CON LA NATURALEZA TODO LO QUE PUEDAS
  • HACER COSAS QUE TE HAGAN FELIZ
  • PSICOLOGÍA
  • FISIOTERAPIA Y LIBERACIÓN SOMATOEMOCIONAL
  • YOGA, PILATES, TAICHI, CHI KUNG

En fin,  lo más importante para dejar de sufrir por estos subidones y bajones es aceptar la vida tal y como es, y aceptar que tú eres un ser humano y que tienes tus virtudes y tus defectos, tus libertades y tus limitaciones. No resignarte (aguantarte con lo que no te gusta y puedes cambiar) sino vivir desde la profunda aceptación sea lo que sea lo que te pase, sientas lo que sientas, estés donde estés  y estés con quien estés.  

Ya sé que estás pensando que eso es muy difícil, pero no es imposible, se puede conseguir. Puedes llegar por muchos caminos, tú debes encontrar el tuyo, tu propia forma de hacer y sentir las cosas. Pero si te sirve de algo, a mí personalmente me han ayudado mucho cuatro cosas.

ANCLARME AL PRESENTE, vivir el AQUÍ Y AHORA con intensidad, sentirlo, y cada vez que vienen pensamientos cuando yo no quiero pensar, dejarlos ir y volverme a fijar en lo que está ocurriendo en el momento presente, en este preciso instante. Nuestra mente aprende sorprendentemente rápido y cuanto más repites esta vuelta al momento presente, más fácil le es parar los pensamientos y vivir lo que está ocurriendo realmente. Todo esto lo he aprendido practicando mindfulness.

Además de esto ayuda muchísimo, NO EMITIR TANTOS JUICIOS, tantas opiniones sobre todo o sobre los demás. Pasamos mucho tiempo hablando que cosas que no nos incumben y que no forman parte de nuestra vida. Las cosas no son buenas ni malas, todo depende de quien las mire o desde el punto de vista que se miren.

Y por último, VIVIR SIN EXPECTATIVAS, sin esperar nada, dejando que la vida te sorprenda. Si esperas algo, te sentirás mal si no ocurre lo que tú querías. No eres Dios, no puedes controlarlo todo.

CONECTAR CONTIGO MISMO MÁS A MENUDO, AMARTE TAL Y COMO ERES. Cada uno tiene su forma de hacerlo, pero es verdad que nos tratamos muy mal, nos decimos muchas cosas feas a nosotros mismos. Somos demasiado exigentes y duros con nosotros mismos. No necesitas compararte, ni ser igual que nadie, ni mejor, ni peor, solo tienes que ser TÚ. La vida quería que tú vinieras a vivir y a disfrutar porque mezcló a ese óvulo y a ese esperma de tus padres, no a otros. Quería que tú, exactamente como tú eres, estuvieras vivo y vivieras. Así que empieza a ver la grandiosidad que tiene eso y a ser quien de verdad eres, no te escondas, no te maquilles, no seas lo que los demás quieren. Regálanos tu esencia, ama cada parte de tu ser.

A mí me ha ayudado mucho el SILENCIO. Estar a solas y en silencio. Y la CONCIENCIA CORPORAL, yo vivo mucho a través del tacto, del cuerpo, así que me ha servido el conectar con mi cuerpo mediante el método pilates y el yoga.

 

No lo veas tan difícil, ya lo has hecho antes, has vivido en el presente, sin jucios y sin expectativas. Has sido tú, hasta que otros decidieron cómo debías ser, cómo debías comportarte, cómo eran las mujeres o los hombres, qué está bien o mal visto, y un largo y horroroso etcétera. La preciosa virtud y pureza de ser un niño ya la has sentido. Fuiste cambiando antes, puedes volver a hacerlo ahora.

Dale las gracias a todo lo «malo» que te pase en la vida, se llame ansiedad o se llame como se llame. Porque en todo lo que vivimos hay sabiduría y aprendizaje si se mira con los ojos adecuados. Te invito a que mires ahí dentro, a que experimentes sin miedo, a que sientas…..te invito a que empieces a disfrutar de la vida.

Un abrazo

María.

CentroELLE - María Bascón Logroño
María Bascón Logroño
Comparte esta publicación: