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Apego y Amor

CentroELLE - María Bascón Logroño
María Bascón Logroño

El apego, esa palabra tan bonita y a la vez tan horrible.  Muchos saben que significa, otros no, unos lo viven en su día a día y otros no. Para ser sinceros, apenas había utilizado esta palabra antes de ser fisioterapeuta.  Os estaréis preguntando qué hace una fisio hablando de apego y de amor… yo pensé exactamente esto cuando me lo plantearon a mí.  Qué ilusa era entonces.  Si queréis entenderlo un poco mejor os invito a leer este texto de V. Gillem:

» Imagina que dos personas que dicen amar a los pájaros se encuentran.
La primera los tiene alojados en bellas jaulas doradas, en una habitación climatizada. Les da pienso de alta calidad y agua de manantial embotellada, y los lleva al veterinario periódicamente. La segunda simplemente les lleva comida al parque, les acarician cuando se posan y le atiende cuando están heridos y no pueden volar.
La primera dice:cuanto quiero a mis pájaros. Pero me duran tan poco. Me gasto una fortuna en ellos para que tengan todas las comodidades … Siempre están enfermos y por mucho que gasto en medicamentos y veterinario me duran tan poco… Que puedo hacer?
La segunda dice: los pájaros que yo cuido no me pertenecen. No están encerrados en su jaula, viven en libertad. Soy feliz porque se que no están conmigo obligados por los barrotes de una jaula, sino porque lo han elegido libremente. Soy feliz porque los veo vivir conforme ellos quieren, volando en libertad. Sus pájaros, amigo mío, se mueren de pena porque no son libres. Abra sus jaulas para que puedan volar en libertad y vivirán porque serán libres, porque serán felices.
El primero responde: entonces se escaparan y no los volveré a ver!!
El segundo responde: si escapan es porque han estado retenidos contra su voluntad y se alejan de lo que para ellos es una vida de esclavitud. Mis pájaros no huyen de mi porque saben que son libres de ir y venir cuando les plazca. Al contrario, cuando me ven llegar al parque acuden inmediatamente, me rodean y se posan sobre mi.
El primero dice: lo que usted tiene es lo que yo deseo. Que mis pájaros me quieran
El segundo dice; lo que usted quiere jamás lo obtendrá por la fuerza. Les ha colmado de comodidades para intentar compensarles de la carencia de lo que mas ansían: volar en libertad. Si realmente los quiere, deje que vivan su vida en Libertad. »

«Siente apego el que quiere al pájaro enjaulado y amor el que quiere al pájaro libre «

Muchos bloqueos físicos, lesiones y enfermedades se están desarrollando hoy por problemas emocionales.  Por suerte, nos vamos acostumbrando a escuchar esta relación que hace unos años parecía totalmente absurda.  Nuestra mente y nuestro cuerpo actúan en íntima consonancia y están muy interrelacionados.  Cada vez más estudios científicos lo demuestran.  ¿Cómo encaja en todo esto el apego? ¿y el amor?

Desde el vientre de nuestra madre estamos sometidos a diferentes variables emocionales, bien sea transmitidas a nivel hormonal, fascial…  Cuando éramos fetos, nos movíamos con nuestra madre, nos oxigenábamos cuando se oxigenaban sus pulmones y nos alimentábamos de los  nutrientes que ella adquiría.  Nuestros niveles hormonales estaban influenciados por los de ella, la formación de nuestro cuerpo y las conexiones neuronales primeras que se han formado han sido basadas en la experiencia que hemos vivido en el vientre materno. Ahí dentro podemos oír, ver, movernos, incluso ahora dicen que pensar.. en definitiva, podemos sentir y comunicarnos con el exterior y con las personas que nos quieren.  Poco a poco se va creando un vínculo madre e hijo y una relación de ese bebé con todo lo que le rodea.  El apego en el primer año de vida del bebé es una adaptación evolutiva del ser humano, es innato, esencial y necesario.   Es la forma de garantizar que ese bebé pueda sobrevivir y pueda permanecer a salvo. Y es un modo «seguro» y «tranquilo» de empezar a conocer el mundo.  Somos mamíferos de acarreo, por eso tenemos el reflejo de prensión cuando somos bebés… Necesitamos estar «pegados» a nuestros progenitores porque no podríamos sobrevivir sin que nadie nos protegiera y nos cuidara.

 

Pero ¿necesitamos durante toda la vida a alguien que nos proteja, nos cuide y nos necesite (y así sentirnos únicos y especiales) o simplemente necesitamos a personas que nos quieran de verdad?  Sentimos apego por muchísima gente que nos rodea.. se le suele llamar «cariño». Se convierte en apego cuando necesitamos o creemos necesitar a esa persona para sobrevivir, mejor dicho, para ser felices (porque tenemos que reconocer que hoy en día lo más importante es ser feliz y que todos lo vean en facebook, twitter o instagram)… La felicidad es una emoción más, y como emoción va y viene, nadie te va hacer feliz. Tú serás feliz en unos momentos, estarás triste en otros, te enfadarás, sentirás miedo, y así con todas las emociones.  Así de «emocionantes» somos y así de «emocionantes» son nuestras vidas, constantemente cambiando, como todo en la naturaleza.  Somos personas independientes que necesitamos por instinto comportarnos como animales de manada, de sociedad, necesitamos relacionarnos con los demás… El problema está en cómo nos relacionamos.

¿Hacemos las cosas por amor, por obligación, o simplemente porque nos interesa?

¿Creamos relaciones sanas basadas en el amor o basadas en el apego (lo cual implica cierto «egoísmo») ? Y cuando digo relaciones no me refiero solo a parejas, amistades o familiares, sino a la relación que establecemos con las demás personas que no conocemos, a la relación que tenemos con nuestro trabajo, nuestros hobbies, con la naturaleza, con nuestra vida al fin y al cabo.

¿Estamos realmente con la gente que convivimos, los escuchamos, los miramos, los atendemos, intentamos sentir como ellos, entenderlos? ¿A que preferimos sentirnos escuchados, entendidos y amados?

¿Estás cuidando tu entorno porque de verdad lo amas y quieres dejárselo a tus hijos para que lo sigan disfrutando ; o porque te dicen que reciclar es bueno, que como no llueva te quedas sin agua o que ocurrirá una catástrofe mundial y tú no te quieres morir todavía ?

¿Normalmente acabas enfadado con la gente que es diferente a tí, menospreciando a ciertas personas o simplemente juzgando y criticando lo que hacen todos?¿Miras hacia tu interior y eres consciente de lo que realmente estás haciendo tú? ¿Sientes amor hacia los demás? ¿y hacia tí mismo? ¿TE QUIERES?

¿Estamos creando una humanidad de la que nos sentimos orgullosos?  ¿Realmente amas o haces las cosas por egoísmo?

Cuando somos padres parece ser que todos entendemos lo que es el amor incondicional y puro,  un amor que no entiende de reciprocidades, que no necesita recompensa porque no se alimenta del egoísmo. Pero cuando nuestros hijos van creciendo sentimos que «nos pertenecen» y que por eso ellos nos tienen que querer también y estar pendientes de nosotros, cuidarnos y mimarnos como nosotros lo hemos hecho. (porque a mí me gusta sentirme querido)  Pero el amor no se debe pedir, ni exigir, se da y se recibe sin más.  Como esos pájaros del parque… Y como dicen los refranes antiguos, quien da recibe, y quien siembra recoge.  A lo mejor, si amas, puedes recibir amor. El ejemplo es la mejor de las enseñanzas… Sí tú tienes hoy en día miedos, limitaciones, dudas, eres egoísta, necesitas sentirte siempre bien, si eres generoso, pacifista o cualquier otra cosa buena o mala es el fruto de la sociedad anterior a nosotros, de toda la gente que la ha formado, no solo de tus padres… Quizás ahora lo traduzcas en ansiedad, estrés, hígado graso, migrañas, hernias discales… pero tus emociones, tus vivencias y tu forma de relacionarte con mundo ha hecho la persona que hoy en día eres y ha hecho que aparezcan muchas de las enfermedades y patologías que ahora estás sufriendo. Y no eres fruto de la casualidad, tú has ido construyendo la persona que eres y gran parte de las vivencias que hoy tienes. Hay cosas que no puedes controlar y debes aprender a aceptarlo ( y no por resignación ).  Pero hay algo que sí puedes hacer. Puedes empezar a conocerte a tí mismo, a mirar dentro de tí… porque ahí encontrarás gran parte de la solución a lo que hoy te pasa.  Varias personas de las que más me quieren, de las que más quiero y que siempre han estado a mi lado me han repetido ante las adversidades que HAY QUE SER VALIENTE.  No se han compadecido de mi ni me han dicho «pobrecita» ni tampoco «averíguatelas»… Han estado ahí, acompañándome en mi vivencia emocional…. Ahora me doy cuenta que sus palabras han sido un acto de amor verdadero hacia mí.  Porque todos tenemos miedos y limitaciones, pero sí podemos enfrentarnos a ellos con valentía.  Cuando tenemos un problema tendemos a huir de él, victimizarnos o a enfrentarnos al mismo haciéndonos los superhéroes, creyendo que nada va a poder con nosotros.  Y hay que ser HUMILDE Y VALIENTE, reconocer que eres vulnerable, prescindible y HUMANO, y que tu cerebro tiene capacidad para solventar los problemas, pero para eso te tienes que enfrentar a ellos con valentía y con ganas de querer hacerlo.

Si tus hijos se comportan de una determinada manera, todos somos responsables y tú tienes en tus manos la capacidad de cambiar el mundo, para bien o para mal… No hace falta obligarles a hacer cosas porque son así, porque yo lo digo, porque eso está bien o mal, sino porque son buenas para ellos o para todos, porque respetan la libertad y la integridad de todo y todos los que nos rodean. Que sean personas más sanas en un futuro depende de todos nosotros.  Por eso hay que «educar en salud» en hábitos de vida saludables, respetando la naturaleza que es la que le va a dar de comer, de beber, lo va a oxigenar y lo va a mantener con vida. Por eso tienen que aprender a sentir sus emociones y a entender las de otras personas. Tienen que aprender a relacionarse de forma positiva con los demás, y no para ser mejores que ellos, sino para que todos seamos más felices y podamos tener más momentos de paz. Tienen que entender la vida tal cual es, sin castillos disney de princesas o fuertes de playmobil donde estar a salvo porque sus papis se lo van a solucionar todo, o quizás un hada madrina, o un golpe de suerte.  Tienen que tomar conciencia desde pequeños de cúal es su lugar en el mundo. Ser dueños de sus actos, ser libres, porque el camino que escojan lo van a trazar ellos (con o sin nuestras «lecciones morales»), y para bien o para mal, las consecuencias serán para ellos y para las personas que un día ellos amarán incondicionalmente, sus hijos. Nosotros humildemente seremos su espejo, su ejemplo y ellos cogerán de nuestras enseñanzas lo que les sea más útil y productivo…Solo necesitan amor, ya no hace falta tanto «apego»…

Gracias al contacto con otras personas, nos vamos nutriendo de otras formas de pensar, de sentir y de ver el mundo. Es una maravilla que se nos ofrezca tanta riqueza, que esté ahí para aprender, que la vida te de ese gran amor a cambio de nada.  Gracias  a todos los que formáis o habéis formado parte de mi vida porque todos formáis ahora parte de la persona que soy. Gracias a toda la gente que está ahí para darte un empujón y tirarte al barro cuando menos lo necesitas, a los que me han hecho vibrar y seguir soñando, a todos mis apegos y a todos mis amores, a mi ego y a mi esencia buena. Gracias gracias gracias!!

María Bascón Logroño

FISIOTERAPEUTA colegiada ICPFA 3903

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A continuación os dejo algunos vídeos relacionados con estos temas. No significa que esté 100% de acuerdo con todo lo que se dice.. pero son vídeos y palabras, que cuanto menos, te hacen pensar y reflexionar.  Cada uno sacará su propio aprendizaje de todo esto.

¿Realmente estás expresando a los demás amor? Aquí tienes varias formas de saber hacerlo…y recuerda, el amor es libertad, es dar de corazón sin esperar, no va acompañado de apegos ni de egos

Cortito pero rotundo, buena explicación de lo que es el ego. No olvidemos nunca que no somos “blanco ni negro” somos un tono “gris” único e irrepetible; en unos momentos de tu vida serás más gris clarito y en otros más oscuro, pero tienes el blanco y el negro dentro de tí. Hay que darle cabida a los dos, al amor y al ego. Al estrés y a la relajación. Todos forman parte de lo que somos. Recuerda siempre que tu esencia es buena, es amor puro, paz y serenidad. Vuelve a ser niño cada día. Busca hacer cosas que te mantengan en calma, en la quietud pasan las cosas más maravillosas dentro de nuestro cuerpo,   Y para que el ego te deje tranquilo en tu vida cotidiana, “be present” vive el aquí y ahora, sé consciente y no te dejes arrastrar, no sufras tanto por tu ego.  Dale cabida haciendo cosas en las que no hagas daño a nadie, haz a menudo cosas que te hagan sentir especial, que te hagan sentir muy bien a tí y hazlas solo para tí y tu disfrute. Así tu ego estará bien alimentado y no necesitará salir con las personas que más quieres (pareja, familia y amigos). La verdadera salud, el verdadero equilibrio está en tener “de todo un poco” y ser conscientes de cuando me beneficia disfrutar de unas cosas y de otras. 

” El movimiento no es la vida. El movimiento es una manifestación de la vida.
  El milagro de la vida se expresa  a través del movimiento y la quietud.
  EL poder de la vida reside en la potencia de la quietud. “
  Dr. Rolling E. Becker

Este regalito lo descubrió una de las mamás de los cursos de postparto y masaje infantil.  Es precioso que estas cosas ocurran, es una suerte para mí aprender de vosotr@s cada día. Merece mucho la pena verlo.

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