Cada semana, intento sumergirme en esta sensación preciosa de estar en mitad de la naturaleza. He tenido la suerte desde pequeña de ir al campo casi a diario, muchos de nosotros hemos jugado en el campo, revolcándonos por la tierra, cogiendo flores, jugando al escondite… Siempre he dicho que el bosque es mi hábitat natura, siempre me he sentido genial allí… Como niña, no sabía qué estaba pasando en mí, pero sentía profundamente el cambio en mi nivel de felicidad y relajación.
Ahora, científicos de todo el mundo están investigando sobre los beneficios de la inmersión en un paraje natural. Me parece gracioso como hemos «huido» de estos sitios para vivir en ciudades ruidosas llenas de edificios y cosas por hacer, y luego nos gastamos miles de euros en un viaje a cualquier lugar paradisiaco y a poder ser, solitario, para encontrarnos con nosotros mismos. Se nos ha ido la cabeza señores!! Lo bonito es que, como la cabra tira al monte, parece que las personas estamos empezando a cansarnos de tanto estrés, tanta actividad y tanto materialismo poco y estamos buscando otras formas de vivir. De hecho las celebrities han puesto de moda la «slowlife», la «slowfood», el yoga, ser una supermadre que atiende a sus hijos y tiene tiempo para estar guapa y para ser una gran profesional, las playas infinitas y solitarias…
Pero bueno, cada uno que haga lo que quiera, yo vengo a contaros hoy un poquito más sobre los Baños de Bosque, una nueva terapia que se está llevando a cabo en Japón como recomendación médica. Los beneficios son brutales a todos los niveles, cada vez hay más estudios científicos al respecto.
También conocido como «Shinrin Yoku«, es una práctica que consiste en pasar tiempo en el bosque, con el objetivo de mejorar la salud, el bienestar y la felicidad. No de cualquier forma, sino en modo de presencia y con atención plena, donde es imprescindible la escucha, la tranquilidad y la apertura de los sentidos para disfrutar y paladear al máximo lo que hay alrededor.
Diversos estudios han analizado los beneficios en nuestra fisiología y psicología.
• Mejora el estado de ánimo: se ha visto que los paseos a partir de 40 minutos por el bosque favorecen mejores estados de ánimo y sentimientos de salud y fortaleza.
• Descenso de la hormona del estrés, el cortisol: se reduce así este proceso, relacionado con multitud de patologías como dolores de cabeza, presión sanguínea alta, problemas de corazón, diabetes, problemas cutáneos, asma o artritis. La sobreexposición a cortisol y otras hormonas de estrés puede aumentar el riesgo de ansiedad, depresión, enfermedades cardíacas, aumento de peso y déficit de memoria y concentración.
• Refuerzo del sistema inmunitario: las hormonas del estrés pueden comprometer el sistema inmunitario. No es raro, por tanto, que el baño de bosque, al reducir la producción de cortisol, fortalezca este sistema de defensa.
• Nuestras ondas cerebrales y cardíacas entran en coherencia con las ondas electromagnéticas que emiten los árboles… nos sentimos más en paz. El baño de bosque también incrementa la actividad del sistema nervioso parasimpático, mejorando el descanso, la regeneración celular, conservando la energía de nuestro cuerpo, reduciendo el ritmo cardíaco e incrementando la actividad intestinal. En definitiva, nuestro cuerpo mejora su homeostasis o equilibrio interno.
¿Lo habéis sentido alguna vez? ¿Eres de los que no te gustan nada la naturaleza? Cuéntanos.
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